David Aguilera Morales - Vie, 28/01/2022 - 09:20
Docente con alumnos en una clase práctica en el campo.
Serie: 'Educación en la era digital' (CI)
La Educación vive en un planteamiento de cambio constante, aunque pareciera que las reformas acometidas nunca terminan de consolidarse. Así, avanzado ya el siglo XXI, las escuelas se parecen demasiado a aquellas de siglos pasados, de igual forma que las prácticas educativas actuales no difieren en demasía de las tradicionales. A pesar de que la tecnología educativa ha significado un gran avance, en esencia, los sistemas educativos permanecen casi inalterables. Las escuelas continúan rigiéndose por esas cuadrículas que conforman los horarios; el timbre u otros elementos “innovadores” siguen indicando el paso del profesorado por las aulas y con ello el cambio de asignatura –Pávlov se sentiría identificado con su uso–; las disciplinas continúan presentándose de forma aislada, encasilladas en las asignaturas… Sin embargo, siempre han existido personas, comunidades o instituciones que se han revelado y han procurado una ruptura de lo convencional en el ámbito educativo. En este sentido, nos centraremos en las escuelas bosque. Por tanto, en esta entrada realizaremos un repaso del origen de estas instituciones educativas y las caracterizaremos
Jean-Jacques Rousseau publica en 1762 su obra 'Emilio, o De la educación'. Esta ha sido considerada por unos un manifiesto filosófico y por otros un manual de pedagogía o, incluso, una novela. Lo cierto es que en este manuscrito Rousseau delinea un modelo educativo fundado en los preceptos de la naturaleza (Valenzuela-Vila, 2009). Ante esta obra, Cousinet (1959) identificó a Rousseau en la corriente mística –basada en intuiciones e idealista– que inspiró al movimiento educativo de la Escuela Nueva. No obstante, la mística roussiana, que anclaba el aprendizaje en la curiosidad y la capacidad reflexiva del niño, generó la convicción pedagógica de que el medio natural es ideal y necesario para contextualizar los procesos de enseñanza-aprendizaje (Aguilera, 2016).
Las primeras escuelas nuevas surgen en diferentes países europeos durante el último tercio del siglo XIX. Siguiendo a Narváez (2006), estas instituciones educativas asumían el principio pedagógico de educar en la naturaleza, por lo que normalmente se ubicaban en el campo o en las afueras de las ciudades. Así, Cecil Reddie fundó en 1889 la primera New-School en Abbotsholme (Inglaterra). A esta le siguieron la Escuela de Bedales, promovida por John Haden Badley en Sussex (Inglaterra); el hogar de educación en el campo o Landerziehungsheim constituido por Hermann Lietz en 1898 (Alemania); o la Escuela de las Rocas ideada por Edmond Demolins en 1899 (Francia). Rosa Sensat, una de las principales impulsoras de la Escuela Nueva en España, crea la Escuela Municipal del Bosque (Barcelona) en 1914. Todas estas instituciones y otras que no se citan, dirigidas mayormente a las etapas educativas iniciales (Infantil y Primaria), han sido las precursoras de la pedagogía al aire libre y de las escuelas bosque actuales.
Las escuelas bosque o bosque-escuelas nacen en Dinamarca mediado el siglo XX (Pérez de Ontiveros, 2021) y conforman un modelo educativo que tiene por objetivo contextualizar el currículo en espacios naturales a fin de crear un vínculo con la naturaleza y promover una pedagogía basada en el aire libre y el juego (MacEachren, 2013). Ello se logra a partir de seis principios educativos (Forest School Association, 2021):
- Acceder regularmente al medio natural (bosque, finca, playa…).
- Constituir un entorno de aprendizaje naturalista, favoreciendo actividades basadas en la observación, cooperación e indagación.
- Orientar los procesos educativos a la conformación de una comunidad de aprendizaje.
- Perseguir el desarrollo integral del alumnado, fomentando la resiliencia, la autoconfianza, la autonomía y la creatividad.
- Facilitar la práctica del ensayo-error, así como permitir que el alumnado asuma riesgos con la supervisión y el apoyo adecuados.
- Requerir profesionales cualificados, así como una formación permanente.
Niño recogiendo una manzana en el árbol.
La International School of Calalunya es una de las bosque-escuela referentes en España, debido a su cobertura curricular (desde Infantil hasta Bachillerato) y a su experiencia (en 2012 implantó el enfoque bosque-escuela). Aunque en nuestro país existen pocas escuelas bosque, se trata de un modelo educativo muy extendido en países como Dinamarca, Alemania o Reino Unido (Pérez de Ontiveros, 2021). Igualmente, existen algunas entidades que se encargan de promover este tipo de instituciones, así como controlar su calidad educativa, entre ellas encontramos la Forest School Association en Reino Unido y el proyecto Bosquescuela en España. Tanto es así que las bosque-escuelas han aumentado su popularidad en los últimos años, constituyéndose como una opción atractiva para la escolarización infantil y reconociendo entre sus principales beneficios la promoción de la salud y el bienestar en los niños (MacEachren, 2013).
Ahora ha de estudiarse en profundidad la efectividad de este modelo educativo naturalista, así como valorar la viabilidad de su transposición a la educación pública. Mientras tanto, si algo parece encajar, al menos desde la teoría, es que las bosque-escuelas sí que pueden acometer con coherencia el desafío de desarrollar las competencias clave; entendiéndolas como “aquellas que todas las personas precisan para su realización y desarrollo personales, su empleabilidad, integración social, estilo de vida sostenible, éxito en la vida en sociedades pacíficas, modo de vida saludable y ciudadanía activa” (Comisión europea, 2018, p. 7).
Referencias bibliográficas
Aguilera, D. (2016). El valor pedagógico del medio. Andalucíaeduca, 166, 21-23.
Comisión Europea (2018). Recomendaciones del Consejo de 22 de mayor de 2018 relativa a las competencias clave para el aprendizaje permanente. Diario Oficial de la Unión Europea C 189/1 del 4 de junio de 2018
Cousinet, R. (1959). ¿Qué es la educación nueva? Editorial Kapelusz.
Forest School Association (2021, 22 de noviembre). What is Forest School? [web].
MacEachren, Z. (2013). The Canadian forest school movement. Learning Landscapes, 7(1), 219-233.
Narváez, E. (2006). Una mirada a la escuela nueva. Educere, 10(35), 629-636.
Pérez de Ontiveros, A. (2021). La Escuela Bosque como modelo de escuela alternativa: antecedentes, características y repercusión. Revista de Educación Ambiental y Sostenibilidad, 3(1), 1303.
Valenzuela-Vila, M. M. (2009). La educación en el Emilio de Rousseau: infancia, adolescencia y mujer. Espéculo: Revista de Estudios Literarios, 43, 76.
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
ISSN: 2659-5222
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