Reinaldo Batista Cordova - Lun, 27/05/2024 - 11:39
Banderas de Estados Unidos y Palestina.
Serie: `Manual de Defensa y Liderazgo' (VI)
Inmediatamente después del ataque de Hamas el 7 de octubre, el presidente estadounidense Joe Biden se movió rápidamente para apoyar a Israel, un aliado histórico y, según algunos analistas, una pieza geopolítica esencial para EE UU. El objetivo era disuadir la expansión de las hostilidades, así como reiterar los compromisos establecidos en diversos acuerdos desde la segunda mitad del siglo XX.
No obstante, los recursos discursivos no fueron suficientes para coordinar las acciones y controlar los planes israelíes, que demostraron en diversas ocasiones la intención de escalar el conflicto. Los datos desvelan que la guerra entre los ciudadanos israelíes y sus defensores alrededor del globo persiste; aun así, el objetivo anunciado de destruir Hamas todavía no ha sido alcanzado. Aunque decenas de miles de civiles palestinos han sido asesinados y es posible seguir la catástrofe humanitaria en la Franja de Gaza gracias al trabajo de innumerables periodistas, muchos de los cuales han perdido sus vidas al cubrir el conflicto y han sido blanco de las tropas israelíes, según enunciado por Ricardo Gómez Laorga.
En los meses posteriores al 7 de octubre, Washington entregó ayuda a los sitiados habitantes de Gaza, lanzó operaciones militares para proteger el tránsito marítimo, trabajó para contener a la milicia chiita libanesa Hezbolá, se esforzó por degradar las capacidades de otras milicias disruptivas desde Irak hasta Yemen, y emprendió ambiciosas iniciativas diplomáticas para fomentar la normalización de las relaciones entre Israel y Arabia Saudita. Además, frenó los intentos de resoluciones en el Consejo de Seguridad de la ONU para ordenar el fin de las hostilidades en Gaza.
Desgaste de Biden
Todo ese esfuerzo representa un desgaste para el presidente Biden, que está en campaña por la reelección. Los gastos militares se han incrementado, sin olvidar los compromisos firmados con Ucrania desde la invasión de la Federación Rusa. Tener estos dos frentes abiertos representa una amenaza para sus proyectos de seguir cuatro años más en la Casa Blanca. El otro candidato a la presidencia tampoco tiene la vida fácil, pero sus electores aparentemente no son tan sensibles a las acusaciones contra el exmandatario, lo cual no ocurre con Biden, quien enfrenta una serie de críticas de sus electores por su apoyo al gobierno de Benjamín Netanyahu. Las acampadas en las universidades estadounidenses son solo una dimensión de esa crisis entre los posibles electores demócratas.
El escenario internacional tampoco favorece mucho las estrategias planteadas por Estados Unidos, con Antony Blinken a la cabeza. Los recientes anuncios de diversos países, integrantes en la órbita de influencia americana, de reconocer en las próximas semanas al Estado Palestino como un estado con plenos derechos, entre los cuales cabe subrayar las recientes declaraciones del presidente del gobierno español, complican la situación. Esa decisión no es casual, sino el resultado de una secuencia de acciones llevadas a cabo por el primer ministro israelí, específicamente los continuos ataques a la población civil gazatí y los bloqueos de entrada de ayuda humanitaria por tierra y mar.
Netanyahu
La situación de Netanyahu es bastante compleja, porque enfrenta continuas críticas dentro de su país y de la coalición que le permite seguir al frente del gobierno. Las manifestaciones en las calles no cesan; algunas piden su dimisión y otras le acusan directamente de incompetencia por no haber logrado su objetivo de eliminar a Hamas. En ese interregno, ha conseguido crear una ola internacional de oposición a su política de seguridad, contando entre estos a Lula da Silva (Brasil), Pedro Sánchez (España) y Simon Harris (Irlanda), quienes le acusaron de promover un genocidio o cometer crímenes de guerra.
El futuro de Joe Biden parece estar directamente vinculado al de Netanyahu, aunque este no tendría un contumaz oponente si Trump termina ganando las elecciones en Estados Unidos. De todos modos, los procesos políticos internacionales de los últimos siete meses evidencian una debilidad en ese supuesto orden mundial post-Guerra Fría, en el cual la geopolítica estaba dictada por los estadounidenses. La posibilidad de que Israel salga debilitada de esta crisis puede terminar generando el sustrato para la consolidación de Irán como potencia regional, situación que sería otra piedra en el zapato del presidente estadounidense, sea quien sea.
Referencias bibliográficas
García Encina, C. (14 de noviembre de 2023). EEUU e Israel: la fortaleza de una relación. Real Instituto Elcano.
Laorga, R. (01 de marzo de 2024). Los periodistas fallecidos en Gaza: la otra cara de la cruenta guerra. Blogs UI1.
Maloney, S. (mayo de 2024). Iran’s Order of Chaos: The Islamic Republic is remaking the Middle East. Foreign Affairs.
Mearsheimer, J. J. (13 de diciembre de 2023). Gaza, Populism & Trans politics [Video]. YouTube
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2951-9756
Burgos, España
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