Sandra Lado Departamento de Comunicación. Universidad Isabel I
Lun, 30/12/2024 - 12:38

Festejando nochevieja

Grupo de jóvenes festejando la Nochevieja.

La Nochevieja es una celebración universal cargada de esperanza en la que cada cultura despliega sus propias tradiciones para despedir el año que termina y dar la bienvenida al nuevo. Muchas de estas costumbres tienen raíces en rituales antiguos, historias locales y, en algunos casos, prácticas aparentemente ilógicas o supersticiosas. Pero ¿no es justamente esta mezcla de lógica y magia lo que hace fascinante esta fecha?

Desde comer uvas a medianoche hasta romper platos o vestir de lunares, cada tradición está impregnada de un simbolismo que nos conecta con nuestros deseos más profundos: prosperidad, amor, salud y felicidad. Vamos a explorar estas costumbres y las tradiciones que las inspiran. Ambas forman parte de la historia de la humanidad, que puedes aprender en el Grado en Historia, Geografía e Historia del Arte de la Universidad Isabel I.

Nochevieja en España: uvas, deseos y superstición

En España, comer doce uvas al ritmo de las campanadas se ha convertido en un verdadero rito de paso hacia el nuevo año. Más allá de ser una tradición popular que solamente tiene un siglo, proveniente de un excedente de cosecha en 1909 en Alicante, este acto encierra un componente supersticioso: si no logras comer las 12 uvas al compás exacto, podrías perder la buena suerte.

Aunque algunos consideran esta costumbre un "ritual colectivo", no es raro ver cómo las familias planean con precisión este momento. Incluso hay quienes seleccionan las uvas más pequeñas para evitar atragantarse. En muchas casas, se acompañan de rituales adicionales, como colocar un anillo de oro en la copa de cava para atraer riqueza o escribir deseos en papel y quemarlos después de las campanadas.

La obsesión con el número 12 no es casual: representa los meses del año, pero también tiene raíces místicas que conectan con ciclos universales, como las fases lunares y las constelaciones del zodiaco. ¿Es pura superstición o un acto simbólico que nos da seguridad?

¿Por qué llevamos ropa interior roja?

Si hay una tradición de Nochevieja que mezcla misterio, superstición y una pizca de picardía, es la de llevar ropa interior roja para despedir el año. Esta práctica, común en España, Italia y otros países, tiene una buena dosis de humor y un trasfondo lleno de curiosidades.

El rojo siempre ha sido un color asociado con el amor, la fuerza y la vitalidad, pero también con la protección. Los antiguos romanos, por ejemplo, vestían de rojo en las Saturnales (precursoras de la Navidad) para ahuyentar los malos espíritus.

Aunque la tradición dice que el rojo atrae el amor, hay quienes juran que también trae riqueza. Aquí es donde los mitos se mezclan: en algunas culturas, se cree que el rojo activa el "chi", o energía vital, atrayendo prosperidad junto con la llama romántica. Así que, si ves a alguien con ropa interior roja y una sonrisa demasiado confiada, no asumas que solo busca romance: ¡puede que también esté pensando en su cuenta bancaria!

Según el mito, aceptar un regalo rojo simboliza abrirse a recibir amor y fortuna. Por eso ¡mejor asegúrate de que alguien te lo regale!

Ya sea por tradición, mito o pura diversión, llevar ropa interior roja en Nochevieja es una manera de empezar el año con energía, optimismo y, quién sabe, un poco de suerte en el amor. Al final, más que un ritual, es un recordatorio de que el año nuevo está lleno de posibilidades.

Nochevieja en el mundo

1. Dinamarca: platos rotos y puertas afortunadas

El fetiche de la suerte en Dinamarca es sorprendentemente ruidoso: romper platos frente a las puertas de amigos y familiares. Este acto, aunque parezca un simple juego, está cargado de significado. Según la creencia, los fragmentos de cerámica simbolizan los problemas del año que se rompe, y su acumulación en la puerta indica la cantidad de energía positiva que atraerás.

Algunos daneses incluso guardan platos viejos durante meses para asegurarse de que tendrán suficiente "material" para el ritual. Este peculiar fetiche de la ruptura refleja un deseo humano universal: comenzar de nuevo sin cargas.

2. Brasil: vestir de blanco y saltar olas

En Brasil, el inicio del año está marcado por una mezcla única de espiritualidad y superstición. Vestir de blanco es una forma de atraer paz, pero también un homenaje a Yemanjá o Donna Janaína, la diosa del mar. Sin embargo, el verdadero fetiche es el ritual de saltar siete olas: cada salto representa un deseo, y al completarlo, se cree que el mar purifica el alma y otorga favores divinos.

Curiosamente, muchas personas llevan consigo amuletos, como collares de cuentas de colores, que están asociados con las deidades del candomblé y la umbanda, ambas, religiones afrobrasileñas. Este sincretismo entre las tradiciones indígenas, africanas y católicas añade una capa de profundidad a las celebraciones.

Saltar las 7 olas en Brasil

Tradición de saltar las 7 olas en Brasil.

3. Japón: campanadas y la ilusión de la pureza

En Japón, el sonido de las 108 campanadas en los templos budistas es mucho más que un acto simbólico. Según la tradición, este número limpia las 108 impurezas que se cree que afectan a la humanidad, como el deseo, la ira y la envidia. Aunque la mayoría de las personas modernas no conozcan todos los detalles filosóficos, muchas acuden a los templos por la sensación de limpieza espiritual que ofrece el ritual.

El fetiche aquí no es físico, sino mental: un acto que nos hace sentir que estamos dejando atrás nuestras imperfecciones para empezar de nuevo. Este deseo de pureza, aunque pueda parecer idealista o ilógico, es un recordatorio del anhelo humano de mejora constante.

4. Filipinas: la obsesión con los círculos

En Filipinas, el ritual principal está en la forma redonda. Durante la Nochevieja, todo gira alrededor de lo circular: ropa con lunares, mesas llenas de frutas redondas y monedas en los bolsillos. ¿Por qué? La forma circular simboliza la continuidad y la prosperidad.

Este tipo de superstición se lleva al extremo en algunos casos, con personas que incluso decoran sus casas con objetos redondos y evitan elementos que "corten" la energía. Aunque pueda parecer exagerado, esta tradición refleja un deseo colectivo de atraer riqueza y suerte en el nuevo año.

5. Escocia: Hogmanay y el misterio del primer visitante

La tradición escocesa de First Footing combina hospitalidad con superstición. Según la creencia, el primer visitante que cruce tu puerta después de la medianoche marca la suerte del próximo año. Un hombre alto y moreno con regalos es considerado el portador ideal de prosperidad.

¿Por qué un hombre moreno? Algunas teorías sugieren que esto está relacionado con los tiempos de invasión vikinga, cuando un hombre rubio en la puerta era una mala señal. Este detalle, aunque lógico en su contexto histórico, hoy se percibe como un rito curioso que refleja cómo el pasado moldea nuestras creencias.

¡Feliz año a todos!

Más allá de los rituales, muchas de estas costumbres están impulsadas por tradiciones colectivas: acciones aparentemente pequeñas que, para quienes las practican, tienen un poder desproporcionado. Ya sea comer una uva, saltar una ola o vestirse de blanco, estos actos están profundamente arraigados en nuestras culturas porque nos brindan una sensación de control en un mundo incierto.

Al final, ¿importa si son lógicos o no? Lo importante es que estas tradiciones nos unen, nos inspiran y nos permiten soñar con un futuro mejor.

Ya sea con tradiciones, rituales o costumbres, desde la Universidad Isabel I queremos desearos un feliz y próspero Año Nuevo lleno de éxitos y nuevas oportunidades.

En esta Nochevieja, mientras despedimos el año que se va, os animamos a abrazar las tradiciones que nos unen, desde las clásicas 12 uvas hasta las más curiosas como llevar ropa interior roja. ¿Por qué no empezar el año con un toque de magia y superstición? Este pequeño ritual, cargado de simbolismo, nos recuerda que cada comienzo está lleno de pasión, energía y posibilidades, como el rojo que nos inspira a dar siempre lo mejor de nosotros mismos.

A nuestra comunidad universitaria, os agradecemos por compartir otro año de aprendizaje, esfuerzo y logros.

Que el 2025 os traiga nuevos retos, experiencias inolvidables y, sobre todo, que sigamos construyendo juntos un futuro brillante.

2025

¡Feliz Nochevieja y próspero Año Nuevo!

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