Diego Arceredillo Alonso - Jue, 23/12/2021 - 09:16
Serie: 'Educación en la era digital' (XCVI)
Innovación educativa, aprendizajes basados en proyectos o problemas, Flipped classroom… son muchos los términos que, en las últimas décadas, sobre todo desde la entrada de la LOGSE en la educación obligatoria, han surgido dentro del mundo educativo. Estos están relacionados fundamentalmente con nuevos métodos de enseñanza que tratan de superar el enfoque enciclopédico y comprensivo que se imponía en la docencia tradicional. En ella el maestro, como referente de conocimientos, impartía una materia siguiendo sus propios criterios, considerando que el alumno asimilaba los contenidos según iban siendo transmitidos.
Este modelo tradicional sugería una visión deformada de la realidad científica, así como de las capacidades y habilidades cognitivas del alumnado. Además, consideraba a la observación y a la experimentación como elementos neutros del proceso, en los que se llevaba a cabo una visión completamente objetiva de la realidad, algo por otra parte imposible. Este elemento se relaciona con una descontextualización completa de las materias científicas y con un planteamiento hermético y cerrado de los contenidos donde el método científico se trabajaba como un proceso infalible (algo que en la anterior intervención quedó claro que no era posible).
Por suerte, la investigación educativa en la enseñanza de las ciencias ha permitido desarrollar modelos alternativos que ponen al estudiante como protagonista del proceso de enseñanza-aprendizaje. Dos de los modelos más empleados actualmente para la enseñanza de las ciencias son el «modelo de alumno como científico» y el «modelos alumno como aprendiz». El primero presenta como base el proceso de construcción del conocimiento científico. Es decir, que pretende que el alumnado trabaje como un investigador profesional, mientras que el segundo se fundamenta en cómo construye el conocimiento el alumnado. En ambos casos se parte de las ideas previas de los estudiantes y de su contexto. Sin embargo, aunque el primer caso pueda parecer más adecuado, lo cierto es que, junto con las variables alumno-docente, hay que tener en cuenta el sistema educativo, el cual presenta tiempos muy limitados para la adquisición de conocimientos.
En ambos modelos las actividades prácticas, la experimentación, forman parte activa del proceso. Estas permiten acercar a los alumnos al medio natural de manera directa y tener en cuenta sus prioridades y motivaciones. Estas propuestas, su diseño y ejecución, son responsabilidad del docente y deben considerar, independientemente del modelo empleado, las diferentes fases del método científico.
La didáctica de las ciencias es una disciplina reciente que aún está en construcción pero que, como hemos visto, comienza a ofrecer a los docentes, nuevos modelos didácticos. Estos, sin duda alguna, deben tener en cuenta al alumnado como verdadero protagonista sin olvidar al docente como guía y eje vertebrador del proceso de enseñanza. El método científico debe formar parte de todo este proceso ya que permitirá al alumnado afrontar sus problemas diarios de manera crítica y constructiva y aprender de sus errores. Todo este proceso permitirá al sistema educativo formar a ciudadanos cada vez más críticos y responsables.
Bibliografía
Leymonié Sáenz, J. (coord.). (2009). Aportes para la enseñanza de las ciencias naturales. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Liguori, L. y Noste, M. I. (2007). Didáctica de las ciencias naturales. Homo Sapiens.
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
ISSN: 2659-5222
Añadir nuevo comentario