Cristóbal Ruitiña - Lun, 12/07/2021 - 08:49
Serie: 'El poder de la palabra' (VII).
Una reciente información periodística sobre las carreras con más inserción laboral ha vuelto a poner de moda -por unas horas, claro, que es lo que duran ahora las modas- la cuestión de si sirve de algo la carrera a la hora de ejercer el periodismo. La noticia en cuestión informaba sobre los grados con menos salida laboral destacando en el titular Turismo y Periodismo, aunque después, en el cuerpo del texto, ésta no salía en realidad tan mal parada. El por qué entonces de llevarla al titular quedó claro más tarde, cuando el redactor de esa información proclamó en tuiter que la carrera de periodismo no sirve para desempeñarse en el sector porque él mismo no la tiene y está trabajando en él. El misterio del por qué de un titular tan inexacto quedaba, pues, aclarado.
En todo caso, seguía sobre la mesa la cuestión latente -latente desde hace cincuenta años, porque este es el escaso lapso desde el que existen los estudios universitarios- de para qué estudiar Periodismo. Es una incógnita que, cada vez más, ayudan a despejar los datos. Porque resulta que ahora mismo, y desde hace unos años, el intrusismo en la profesión está por debajo del veinte por ciento, según los estudios anuales de la APM. Quiere esto decir que el 80 por ciento de quienes trabajan en una redacción tienen la carrera, porcentaje que crece cada año, y así seguirá siendo en lo sucesivo, y que se dispara en el ámbito de la Comunicación Corporativa, que, por otra parte, representa la mitad del mercado laboral de quienes se desempeñan en el sector. Está claro que empresas e instituciones que, por cierto, son las que mejores condiciones laborales ofrecen, se toman más en serio la carrera que algunos medios de comunicación, en realidad, los más señeros, que no los que más volumen de empleo concentran, por cierto.
¿Para qué sirve, pues, la carrera de Periodismo? Sirve, para empezar, si lo que se quiere es tener más probabilidades de trabajar en el sector, sobre todo si no se tiene ningún contacto personal -familiar, vecinal o remotamente circunstancial- con él. Porque desde aquí les emplazo a que hagan la prueba: pregunten a quienes ejercen en el ámbito de la comunicación sin carrera y verán cómo rápidamente encontrarán la conexión -familiar, vecinal o puramente circunstancial- que les facilitó la entrada. Así pues, para quienes quieran trabajar en el sector de la comunicación y carezcan de contactos personales en él, estudiar Periodismo es la vía que más oportunidades ofrece.
Después está la cuestión de si la carrera forma o no forma para el ejercicio profesional, cuestión muy relacionada con la primera y que acostumbra a enarbolarse como corolario del axioma inicial de la siguiente manera: la carrera no es necesaria para ejercer el periodismo porque, después de todo, no forma para ello. Sin embargo, he aquí otro lugar común que quien esto firma no ha visto nunca manifestarse en la vida real de las redacciones. Incluyendo el período en que, hace más de veinte años ya, uno ejerció de becario, muy pocas veces he visto a un periodista en formación desconocer cómo se elabora una noticia para prensa, cómo para radio o cómo para televisión. Tampoco he visto llegar a un redacción sin saber previamente cómo se escribe un titular, cómo se hace un reportaje o cómo documentar una entrevista. Otra cosa es la práctica del día a día -y para eso está la práctica, claro- esa que te permite saber cuál va a ser el titular cuando el interviniente ni siquiera ha acabado de perorar o esa otra que te permite saber por dónde indagar y por dónde no para no perder el tiempo. Pero, efectivamente, eso solo lo da la práctica. Lo que hace el Grado en Periodismo es proporcionar la teoría, por lo que se ve, de una manera tan eficaz que -y este viene a ser el quiz de la cuestión- ni el propio egresado sabe que la ha adquirido.
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2792-1786
Burgos, España
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