Antonio Sanz Fuentes - Lun, 03/10/2022 - 10:28
Niña con las palabras stop bullying escritas en sus manos.
Serie: 'Criminología en Serie' (XXV)
Comienza el nuevo año académico 2022/23 y el acoso escolar continúa siendo uno de los problemas que más preocupa a la población. Resulta razonable que nadie quiera que sus hijos e hijas sean víctimas de acoso en la escuela y, además, ningún sistema podría tener interés en perjudicar el rendimiento académico de la juventud en la que se sustenta nuestro futuro. En definitiva, el bullying nos hace perder a toda la sociedad y luchar contra ello es fundamental.
Cada vez se habla más sobre el bullying y la gestión de este problema se ha ido incorporando en la agenda pública y política con demasiada lentitud, pese a los innumerables estudios de calidad realizados desde el ámbito científico en diferentes disciplinas como las ciencias de la educación, la psicología, la sociología y, por supuesto, la criminología.
No obstante, es importante destacar que todos estos perfiles profesiones han sido tenidos en cuenta en los espacios educativos. Todas menos una, la Criminología. Esta ciencia social trata de prevenir la delincuencia y dispone de todos los conocimientos necesarios para realizar actuaciones que nos permita avanzar hacia una prevención real y efectiva, pero su imagen estereotipada de criminalística impide que sea tenida en cuenta.
La Criminología no es CSI, no es un señor con una bata blanca y una lupa, no está relacionada con muertos y tampoco es una ciencia centrada en asesinos seriales. La Criminología es una ciencia que nos ha permitido conocer más sobre el desistimiento delictivo de los/as menores, el perfil criminal del/a acosador/a escolar, la influencia de la red social del/a menor, la evaluación de las políticas públicas para la prevención del acoso o el ciberacoso, entre tantas otras.
Esto nos permite aportar una visión novedosa que, sin duda, puede repercutir en el avance y la mejora respecto a la prevención del bullying. Contar con los/as profesionales de la Criminología y sus conocimientos multidisciplinares posibilita que la lucha contra el acoso escolar sea más eficaz, haciendo de los entornos escolares espacios más seguros para los/as niños/as, adolescentes y jóvenes.
Aportemos ejemplos claros, ¿Qué funciones podemos cubrir desde la criminología en relación con este problema?
- Realizar un análisis sobre la victimización en cada centro escolar o aproximarnos a las problemáticas del alumnado mediante análisis multinivel en función del nivel educativo.
- Entrevistar en profundidad a las víctimas o a los agresores/as para comprender la problemática y proponer soluciones precisas para casos concretos.
- Entender las mecánicas grupales a través de análisis de redes sociales o grupos de discusión en el centro educativo.
- Elaborar protocolos y/o normativas eficaces para la prevención, detección, atención y reparación del acoso escolar.
- Sensibilizar y concienciar a las personas más jóvenes sobre la diversidad y el respeto hacia las diferencias, a través de formaciones o talleres.
- Elaborar campañas de sensibilización utilizando el marco cultural en el que se está desarrollando la personalidad de los/as menores.
- Asesorar a los equipos de orientación de los centros educativos.
- Realizar actividades formativas dirigidas a profesionales, AMPA’s e integrantes de las familias de los/as menores para la detección de la victimización.
- Aportar información obtenida a través del método científico para que los equipos directivos o los poderes públicos tomen decisiones adecuadas frente al bullying.
- Proponer estrategias de prevención situacional para evitar el acoso escolar como, por ejemplo, a través de la configuración espacial del entorno escolar.
Estos ejemplos nos muestran como los/as criminólogos/as tienen la capacitación para trabajar en espacios educativos (colegios, institutos…), ludotecas, campamentos de verano, centros de día, centro delegaciones de juventud municipales o autonómicas, etc.
En definitiva, la creciente preocupación por el bullying y la necesidad de erradicar esta lacra conlleva una reflexión por parte de la sociedad, dentro de la cual es inexcusable pensar sobre cómo es posible que personas formadas y especializadas en la criminalidad no forman parte de los equipos escolares y, sobre todo, no son contratadas como personal técnico que trabaje en la prevención del acoso escolar en todas sus formas.
Las capacidades están demostradas, los ejemplos están claros y las posibilidades existen. Nunca es tarde para avanzar y quizás este sea el año académico en el que los/as criminólogos/as sean tenidos/as en cuenta para trabajar frente al bullying. Por nuestra parte, puedo asegurar que estamos deseando empezar.
ISSN 2697-1984
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
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