Javier Álvarez Benedí - Lun, 06/05/2019 - 18:43
La optimización del rendimiento durante la competición es un objetivo común a cualquier disciplina deportiva. En el caso de los deportes electrónicos, el aspecto mental y la gestión de la tensión son dos factores clave. Lo habitual en una competición de automovilismo virtual (sim racing) es que todos los pilotos compiten con un coche con las mismas prestaciones. La importancia del piloto es enorme, y las diferencias son más pequeñas que las que vemos en competiciones de automovilismo real. Dos o tres décimas de segundo pueden suponer hasta 20 ó 30 posiciones.
Para un deportista, una pequeña mejora en el rendimiento puede ser la clave del éxito a largo plazo, por eso, este es un tema que nos interesa mucho a los equipos de eSports. Pero este aspecto es también aplicable al éxito en la vida personal y profesional, lo que lo hace aún más atractivo. En esta ocasión, revisamos dos metodologías que utilizamos para mejorar el rendimiento de los pilotos del equipo de sim racing de la universidad.
Performance Thinking
Normalmente, medimos el rendimiento de los pilotos (y, en general, de las personas) por sus resultados. Estos dependen de aspectos que pueden identificarse antes de las carreras, como son sus habilidades de pilotaje, la capacidad de concentración, o la resistencia al cansancio mental sin errores. Pero hay otro factor, que actúa en el momento de la competición: la fortaleza mental de cada piloto para sobreponerse a las pequeñas adversidades o imprevistos, y rendir al máximo ante cualquier circunstancia externa adversa que está fuera de control.
Un piloto que pierde unas posiciones en la salida y sale de las primeras curvas con un alerón dañado, tiene una dificultad añadida para culminar una buena carrera: ha perdido posiciones, su estrategia está comprometida y su coche dañado es ahora más lento. Pero aún puede ser peor: si su rendimiento decae porque estos factores externos provocan una falta de concentración o motivación. En estas ocasiones, nuestra mente a veces “sabotea” nuestro rendimiento. Los campeones sin embargo, tienen una fortaleza mental para conseguir el mejor resultado posible en cada situación, a pesar de las circunstancias. Si optimizamos el rendimiento para que sea el máximo, con independencia de los factores fuera de nuestro control, obtendremos mejores resultados. ¡Es cuestión de entrenamiento!
Este es precisamente el enfoque de Jacques Dallaire en su libro “Performance Thinking: Mental Skills for the Competitive World...and for Life!”. Como su título anuncia, es un enfoque válido para la competición, pero también para la vida.
Gestión de la tensión
En los deportes electrónicos se compite contra otras personas muy entrenadas y esto genera tensión. La tensión es humana. Se trata de una expresión típica de la presión, y de las expectativas de un buen resultado.
En palabras de Fabio Martins, coach de nuestro equipo de sim racing: «La tensión puede ser buena y puede ser un gran indicador, si somos capaces de gestionarla. Es un elemento clave en tu rendimiento: el incremento del flujo sanguíneo acelerará tu metabolismo, el incremento en el ritmo de la respiración añadirá más oxígeno, la boca seca es un signo muy probable del incremento de adrenalina… Estás preparándote para tener reflejos más rápidos, estás “a tope”. Esto es fantástico para empezar. Todos los deportistas experimentan estas mismas sensaciones».
Sin embargo, demasiada tensión puede perjudicar el rendimiento. ¿Quién no recuerda errores como el de Hamilton pulsando el limitador en Interlagos o Jorge Lorenzo en una salida falsa en COTA? En esos momentos, en donde la presión es agobiante, estamos rindiendo por debajo de nuestras posibilidades.
El método De Rose, para maximizar el rendimiento, consiste aprender a gestionar la tensión de modo que podamos estar cerca de este sentimiento tan intenso, acercándonos al límite de sentir agobio, pero sin sobrepasarlo. El método se apoya en muchas técnicas. Puedes leer más sobre cómo aplicamos este método en el artículo de Fabio Martins “Tensión y carreras“. Ahí se explican dos de las muchas técnicas disponibles:
- La técnica de respiración: La respiración es uno de los principales sistemas directamente conectados con la tensión. Cuanto más tenso estás, más superficial y rápida es tu respiración. Desde el punto de vista biológico, esto reduce tu oxígeno, te tensiona y hace que tu rendimiento disminuya. Para paliar este efecto, necesitamos ser conscientes de nuestra respiración y gestionarla.
- La técnica de mentalización: La mentalización es el arte de la imaginación, crear en tu mente imágenes, sonidos, formas, colores, texturas, detalles. Es mucho más que visualizar (en el sentido de la vista), es crear un arquetipo mental con detalles, imaginar con todos los sentidos. Para pilotos profesionales de carreras es una de las técnicas claves. Mentalizan una vuelta. Mentalizan el comportamiento del coche, los sonidos del motor, el grip de las ruedas, la carga aerodinámica, las sensaciones.
Estas técnicas pueden ayudar, pero no son recetas mágicas: requieren mucho entrenamiento. En palabras del autor… «No hay nada que puedas hacer que cambie tu rendimiento de repente. Necesitas tener consistencia, disciplina y trabajo duro para alcanzar resultados. Hay cosas que pueden funcionar una vez, pero es la incansable acción de la gota de agua erosionando la roca, la única que te permitirá alcanzar el éxito a largo plazo.»
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