Antonio Segura Marrero - Lun, 29/08/2016 - 12:32
A lo largo de la historia de la educación, los avances en el ámbito audiovisual han sido recursos valiosos que se han ido adaptando e incorporando al proceso de enseñanza-aprendizaje, desde los primeros estereoscopios hasta las actuales gafas de realidad virtual.
En términos generales, los principales motivos para su utilización son la capacidad de captar la atención del alumno y la facilidad de complementar las explicaciones del docente, aproximando al aula realidades lejanas en el tiempo y el espacio. A nivel cognitivo, la incorporación de estos recursos en el aula promueve:
- El aumento de la atención y de la concentración.
- La estimulación de la retención de la información, tanto a corto como a medio plazo.
- El fomento de una mayor y más rápida comprensión, gracias a que mejora la clasificación y la interpretación de la información.
Es importante señalar que los recursos audiovisuales deben ser un medio y no un fin. Por este motivo hay que tener en cuenta que un uso sistemático de los mismos no garantiza que el proceso de aprendizaje se efectúe, sino que son un medio que lo favorece en función de las características del grupo, el contexto y los intereses de los discentes.
Por lo tanto, el docente debe tener definida la intencionalidad del uso de los recursos audiovisuales y valorar qué recurso, en qué momento, para qué discentes y con qué contenidos se emplea. De esta forma, un recurso audiovisual adquiere la cualidad de recurso educativo, siempre que se haya diseñado con el fin de alcanzar un objetivo didáctico.
Aquellos docentes que poseen los conocimientos que les permiten lograr un uso didáctico de los recursos audiovisuales podemos afirmar que dominan las TAC (tecnologías del aprendizaje y el conocimiento).
Dichas tecnologías del aprendizaje y el conocimiento no serían entendidas sin las TIC (tecnologías de la información y la comunicación), a través de las cuales se han desarrollado notables avances en diferentes recursos audiovisuales, como los vídeos, los audios, las imágenes en movimiento, los gif, etc. La simbiosis entre dichos recursos y las redes sociales ha hecho que estas últimas entren a formar parte del escenario educativo, no solo como recursos de apoyo, sino como un protagonista más en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
A través de la incorporación de las redes sociales a la educación, conseguimos fomentar la construcción compartida del conocimiento mediante la indagación en la red, la apertura de diferentes canales de aprendizaje, la participación activa del alumnado en el desarrollo del conocimiento y el logro de aprendizajes significativos.
Finalmente, y con el afán de garantizar la inclusión, siempre que se incluyan estos recursos deberemos tener en cuenta la accesibilidad de los mismos, incluyendo los subtítulos y las transcripciones pertinentes que garanticen el uso de los mismos a todos los discentes independientemente de sus características personales.
Entrada publicada el 29/08/2016
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
ISSN 2605-258X
Comentarios
Muy buen trabajo
Francisco Baez replied on
gracias por la información me
Anonymous replied on
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