Alfredo Sáenz Ibáñez - Vie, 10/06/2022 - 11:00
Never Stop Learning, nunca pares de aprender.
Serie: 'Educación en la Era Digital' (CXVI)
Es bien sabido que, en la etapa primaria y secundaria, el currículum recoge una hora a la semana para desarrollar con el alumnado la tutoría. Como orientador en Centros escolares, en muchas ocasiones me llevo las manos a la cabeza porque esta hora se suele utilizar para: resolver conflictos que ocurren en clase, el patio o en el comedor; reforzar asignaturas troncales como matemáticas o lengua; para tratar diversos temas relacionados con la convivencia, por ejemplo. Esto es, la tutoría se va en muchas ocasiones a salto de mata, desviándose, por tanto, de su propósito inicial.
De la misma manera que las asignaturas señaladas (matemáticas o lengua) tienen una serie de contenidos y una temporalización anual, se hace necesario que los tutores, en colaboración con el orientador, propongan un Plan de Acción Tutorial (PAT). Un plan tutorial con carácter preventivo. Esto es, trabajar con el alumnado temáticas, antes de que aparezcan contratiempos. Por ejemplo, ¿hay que trabajar la autoestima cuando aparece un caso en clase o nos podemos adelantar y realizar un trabajo de prevención? El PAT debe secuenciar las temáticas a tratar y el momento del año que se implementarán.
Desde este foro propongo temáticas tales como, trabajo de la autoestima, cohesión de grupo, relajación, educación sexual, prevención de drogodependencias, ciberbullying, entre otras. Pero sobre todas ellas, propongo la planificación de actividades donde se trabaje la inteligencia interpersonal y la inteligencia intrapersonal del alumnado. La primera, hace referencia a la capacidad de una persona para comprender a otras personas con las que se relaciona, comunicarse con ellas e interactuar satisfactoriamente. La segunda, es la capacidad que la persona tiene para formarse un modelo ajustado y verídico de uno mismo y ser capaz de usarlo para desenvolverse eficazmente en la vida.
Orientación Educativa.
No todos los alumnos son buenos en matemáticas, o en lengua, o en idiomas. Por ello, a los que tienen más dificultades, la escuela les propone herramientas (ordinarias y/o extraordinarias) para alcanzar los objetivos de esas asignaturas en cada curso. Pero de la misma manera, también hay alumnado que tiene carencias para relacionarse con los demás o para gestionar situaciones personales. Mi pregunta es, ¿la escuela propone a este perfil de alumnado herramientas para ser competentes socialmente o para ellos mismos? Mi respuesta es que normalmente no. Creemos que ser capaces de socializar o gestionar situaciones personales con facilidad viene a todos de serie, y no es así. Hay alumnado al que hay que proponer herramientas para que pueda desarrollar de forma satisfactoria estos dos tipos de inteligencia.
Mi opinión es que, si trabajamos en las aulas estos dos tipos de inteligencia, vamos a dotar al alumnado de herramientas para ser más competentes en su día a día. Conozco alumnado muy competente en «lengua» o «mate» y que no tiene recursos sociales, ni personales. ¿No se merecen ellos también que se les entrene en estas facetas?
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
ISSN: 2659-5222
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