Gustavo Eduardo Toledo Lara - Jue, 29/11/2018 - 10:21
Al hablar de Ovide Decroly para algunos es sinónimo de lo que se conoce como “centros de interés”, sin embargo, estos centros están acompañados de una firme idea sobre la atención a los alumnos como eje principal del quehacer educativo y es a partir de esto que se establece la idea de la teoría global. En este caso, no se trata de lo que conocemos hoy en día sobre globalización y sociedad de la información, aunque siendo estrictos, la teoría global de Decroly pasa indiscutiblemente por el manejo de la información.
Siempre que estudiemos o revisemos los aportes de un determinado autor, es fundamental manejar su contexto de forma que podamos acoplar el sentido de tales aportes y lo que en este caso Decroly pretendía con sus reflexiones pedagógicas. Primeramente, recordemos que Ovide Decroly era originario de Bélgica y además de ser pedagogo, estudió Medicina y Psicología. Este conjunto de saberes permitió a Decroly construir un aporte pedagógico bastante completo desde el cual se abordaban varios elementos que le ayudarían a entender una escuela nueva.
El movimiento llamado “escuela nueva” defendía precisamente una escuela adaptada, personalizada y estrechamente vinculada al desarrollo de los alumnos. Importantes pensadores tanto de la epoca de Decroly como pensadores contemporáneos impulsaron un cambio en la escuela de forma tal que el alumno sea el protagonista de su propio aprendizaje y no el docente.
El desarrollo de la teoría global expuesta por Decroly parte del punto de que una determinada idea se construye de simples percepciones, las que posteriormente se asocian generando conceptos cada vez más complejos y más completos. Todo esto se origina desde los centros de interés que no son más que aquellos temas que llaman la atención de los alumnos y que por lo demás, son necesarios para su uso cotidianamente. Por lo tanto, no son temas impuestos por el docente, sino que son los alumnos los que identifican un determinado tema de interés.
Decroly defendió la idea de que los conceptos son los que se deben adaptar a los alumnos y no al contrario, con lo cual, se han de emplear palabras que logren captar la atención de los estos. Para desarrollar estas ideas, Ovide Decroly aplicó los siguientes medios:
1.-La observación de la naturaleza como estrategia para despertar el interés de los alumnos.
2.-El alumno que aprenda primero el todo y luego sus partes. Es decir, el aprendizaje global.
3.-El alumno es el centro de toda la actividad educativa, es decir, se trata de un paidocentrismo.
4.-La realidad también ha de enseñar a los alumnos, es decir, el contexto real de los alumnos.
5.-El juego permite a los alumnos adquirir conocimientos para la vida.
6.-Los alumnos se mueven a partir de ciertas necesidades fundamentales como, por ejemplo, comer, dormir, respirar, asearse, entre otras.
Todo lo anterior nos permite sintetizar el ideario pedagógico de Decroly el cual gira en torno a que el hecho educativo debe dirigirse a la práctica y a la experimentación, de forma tal que permitan a los alumnos que aprendan experimentando, otorgando relevancia e importancia a los intereses de estos, tomando en cuenta el juego como herramienta relevante dentro del contexto escolar.
Por otra parte, es importante destacar que los docentes bajo el enfoque ‘decroliano’, son aquellos agentes capaces de hacer que sus alumnos puedan desarrollar el sentirse útiles y, además, que los niños sean capaces de descubrir sus potencialidades y habilidades. Todo ello con el objeto de asentar la idea de que la escuela permite que la educación de los niños esté permeada por lo que va descubriendo simultáneamente mientras se asocian ideas y conceptos. Así, el docente decroliano va a comprender que su rol no es la transmisión de una escolarización uniforme e impersonal, sino que intentará ser uno más con sus alumnos y les facilitará el diálogo, el reconocimiento de la otredad y el descubrimiento como pierdas angulares del quehacer pedagógico. Este ideario tiene como piedra angular el fomento de la práctica y la experimentación de forma que los alumnos aprendan experimentando y como ya se ha mencionado, otorgando al juego una oportunidad privilegiada dentro de las situaciones didácticas.
La propuesta decroliana que enmarca el conjunto de las actividades de la escuela se engloban en tres principios básicos, esos son:
1.-La observación, como oportunidad para la interacción con los sentidos.
2.-La asociación, vista desde las ideas de los alumnos y como, a nivel mental, se producen relaciones y razonamientos entre los conceptos y los saberes previos.
3.-La expresión, tanto la concreta (materialización de la observación del alumno) como la abstracta (materialización del pensamiento a partir de la creación o identificación de símbolos, manualidades, entre otros).
Estas pinceladas referenciales nos pueden ayudar a identificar el espíritu decroliano de esta forma de pensar respecto al proceso pedagógico. Cuando hablamos del proceso pedagógico, aquí hacemos referencia a la propuesta de algunos autores contemporáneos quienes, de forma bastante reciente, han defendido la idea de que el tradicional binomio enseñanza-aprendizaje ya puede llegar a resultar algo limitante si se quiere hacer mención a todo lo que rodea precisamente estos dos elementos, con lo cual, según este planteamiento al hablar de proceso pedagógico, se quiere tomar en consideración todos aquellos elementos sustantivos que indiscutiblemente forman parte de nuestro campo de estudio y de nuestro ámbito de acción.
Entrada publicada el 29/11/2018
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
ISSN: 2659-5222
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