Antonio Segura Marrero - Mié, 27/06/2018 - 16:34
Actualmente la educación se enfrenta al desafío de ofrecer una formación de calidad para todos, creando para ello las condiciones necesarias que garanticen la igualdad de oportunidades y la accesibilidad en el ámbito educativo.
Lo anterior conlleva desarrollar estrategias pedagógicas que personalicen la enseñanza en un marco y en una dinámica de trabajo pensados para todos. En consecuencia, desde la Universidad, se realizan estudios de mejora continua que resultan en la creación de nuevas funcionalidades para garantizar que los contenidos sean accesibles.
Partiendo del estándar internacional WCAG 2.0 −marco de referencia en pautas de accesibilidad para el contenido web−, se presentan integradas en la barra superior del contenido didáctico tres funcionalidades: «Tamaño tipografía», «Contraste» e «Imágenes a escala de grises». Su integración dentro del propio contenido favorece la usabilidad y la accesibilidad, así como evita que el alumno tenga que recurrir a herramientas externas instaladas en el propio dispositivo o que puedan requerir ser descargadas.
Figura 1. Botones «Tamaño tipografía», «Contraste» e «Imágenes a escala de grises». Visualización original del contenido.
Mediante el botón «Tamaño tipografía», representado por dos T de diferentes tamaños, se ofrece la posibilidad de activar o desactivar el aumento del tamaño de la fuente que presenta el contenido didáctico. La finalidad es facilitar que cada alumno pueda personalizar la presentación del texto de acuerdo con sus necesidades. De esta forma, todo el texto puede ser ajustado sin ayudas técnicas hasta un 250 por ciento, sin que se pierdan el contenido o la funcionalidad. En el caso de las imágenes, estas pueden magnificarse pasando por encima el cursor y clicando cuando aparece la lupa.
Figura 2. Visualización del texto tras aplicar el aumento de texto.
El botón «Contraste», simbolizado mediante una gota en blanco y negro, permite proporcionar suficiente contraste entre el color del fondo y el de la tipografía o el resto de elementos −como, por ejemplo, iconos− para disponer del texto lo más claro y legible posible.
Figura 3. Visualización tras aplicar el contraste.
Por otro lado, y tal y como se indica desde la ONCE, para personas con afecciones visuales, se recomiendan los colores cuyos valores grisáceos sean detectables. Aunque no les sea posible distinguir colores ni identificarlos, sí pueden discernir elementos entre las variaciones que presentan los colores en tonos de grises, lo que les permite tener una orientación.
En consecuencia, se ha implementado el botón «Imágenes a escala de grises» que, como su propio nombre indica, convierte cualquier imagen a color en tonos de luz/oscuridad.
Figura 4. Visualización de la imagen tras aplicar la conversión a escala de grises.
La desactivación de cualquiera de las tres opciones supone únicamente volver a pulsar en el botón correspondiente. Además, las tres opciones pueden ser activadas de forma simultánea; así mismo, se puede desactivarlas de forma independiente.
Los principales objetivos alcanzados atienden a:
- Minimizar las barreras de acceso frente a entornos tecnológicos.
- Facilitar ayudas técnicas incorporadas en el propio material de estudio, sin necesidad de recurrir a programas instalados en el equipo o tener que descargarlo.
- Fomentar la personalización y adaptación del contenido a las necesidades de cada alumno.
En definitiva, la finalidad es hacer que tanto el texto como cualquier otro elemento visual que acompañe al contenido didáctico sean más accesibles para cualquier estudiante que los consulte.
Entrada publicada el 27/06/2018
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
ISSN 2605-258X
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