Ivana Delgado Ferré - Jue, 20/03/2025 - 10:22
Niño solo en el coche asomado a la ventanilla para buscar a su cuidador.
Serie: 'El ABC de la Psicología' (XXIX)
Desde 1990 hasta 2022, fallecieron más de 1050 menores en Estados Unidos debido a que fueron olvidados durante horas en el coche por parte de alguno de sus progenitores o tutores legales (Chandler et al., 2024).
Aunque en España no hay estadísticas oficiales sobre esta situación, conocida como “Síndrome del bebé olvidado” (Anselmi et al., 2020), cada año surgen nuevas noticias sobre estas situaciones, en ocasiones con un fin fatídico. Cada vez que conocemos algún hecho de este tipo, solemos pensar: “¿Cómo pudo suceder esto? ¿Cómo pudo olvidar a su propio hijo en el coche?”.
Una de las principales hipótesis es una sobrecarga en la memoria de trabajo. Veamos a continuación en qué consiste.
El papel de la atención y la memoria en el Síndrome del bebé olvidado
La carga mental se define como la diferencia existente entre los recursos cognitivos que exige una tarea para poder ser procesada y los recursos cognitivos que tiene el propio individuo para llevar a cabo esa tarea. Del mismo modo, en una sociedad como en la que vivimos, hiperconectada y con elevadas exigencias sobre nuestro rendimiento, necesitamos atender a diversas demandas en un mismo momento, suponiendo una elevada fuente de estrés. Compaginar vida profesional y laboral, las dificultades del día a día y la sensación de “no llegar a todo” suponen una sobrecarga en nuestro sistema cognitivo que, en ocasiones, derivan en olvidos que pueden resultar fatales.
La memoria de trabajo es un sistema cognitivo de capacidad limitada en el que mantenemos activa, durante un corto periodo de tiempo, la información disponible para elaborarla y responder ante diversas situaciones de nuestro día a día. Por tanto, realizar un cálculo matemático de forma mental, tomar decisiones sobre distintos aspectos, leer, escribir u orientarse, son acciones que podemos realizar gracias a la memoria de trabajo.
Partiendo de la capacidad limitada de la memoria de trabajo y de sus funciones, podemos comprender mejor cómo una cantidad desorbitada de demandas pueden saturar la memoria de trabajo y llevarnos a cometer errores y olvidos cotidianos. Por ejemplo, si llevamos a nuestro hijo en la parte de atrás del coche para llevarlo a la guardería, pero a la vez estamos preocupados porque llegamos tarde a una reunión de trabajo, es muy probable que nuestra memoria de trabajo se vea sobrecargada y no pueda mantener activas las dos informaciones, prevaleciendo una sobre otra.
Ante las situaciones de sobrecarga, nuestro sistema cognitivo trata de liberar espacio mediante la automatización de conductas, pero esta automatización conlleva que no exista un control atencional que supervise que la conducta se ha realizado, y si hay alguna desviación en el proceso de la conducta automatizada, supondrá el fracaso de esta.
Retomando el caso con el que hemos comenzado esta entrada, imaginemos que un progenitor sale todas las mañanas a trabajar utilizando su coche. Finalmente, su sistema cognitivo automatiza este esquema de conductas al tratarse de una rutina. Una mañana, su pareja le pide que lleve a su hijo a la guardería, lo que supone una desviación de la conducta automatizada. Como la conducta automatizada se realiza sin control atencional, es muy probable que el progenitor realice todo el esquema de conductas como cada día, olvidando que lleva a su hijo en la parte de atrás del coche.
A nivel cerebral, las funciones relacionadas con el control atencional y la memoria de trabajo se localizan principalmente en la corteza prefrontal y el hipocampo, regiones que además se ven muy perjudicadas por los efectos del estrés (McEwen et al., 2016).
¿Cómo prevenir el Síndrome del bebé olvidado?
La Administración nacional de seguridad del tráfico en carreteras de Estados Unidos lanzó en 2022 la campaña “Look before you lock” [Mira antes de cerrar] en la que compartían algunos consejos para evitar el olvido de los hijos en el coche:
- Colocar algún objeto que se necesitará al llegar al destino, como el bolso o la cartera.
- Colocar espejos en el interior del coche orientados hacia atrás, para poder ver al hijo.
- Crear una lista de verificación para repasar cada vez que se salga del coche, como por ejemplo: “bebé, llaves, bolso, cartera”.
- Tomar como rutina revisar los asientos traseros del coche, incluso aunque el menor no esté en el interior, con el objetivo de automatizar esa conducta y que no sea una desviación de la conducta rutinaria.
- Compartir estos consejos con otras personas que lleven al menor en el coche (por ejemplo, abuelos, amigos, pareja, etc.).
En conclusión, muchas negligencias que observamos en los demás pueden explicarse desde la psicología cognitiva, por lo que continuar investigando y divulgando en este campo de la atención y la memoria es imprescindible para lograr reducir estos casos y erradicar mitos que acaban dañando aún más a los involucrados en este tipo de situaciones.
Referencias
Anselmi, N., Montaldo, S., Pomilla, A. y Maraone, A. (2020). Bambini dimenticati in auto: dimensioni del fenomeno e nuove prospettive di ricerca. Rivista di Psichiatria, 55(2), 112-118. http://dx.doi.org/10.1708/3333.33026
Chandler, M. D., Schnitzer, P. G., Dykstra, H. K. y MacKay, J. M. (2024). Pediatric vehicular heatstroke: an analysis of 296 cases from the National Fatality Review Case Reporting System. Traffic injury prevention, 25(3), 400-406. https://doi.org/10.1080/15389588.2023.2290454
McEwen, B. S., Nasca, C. y Gray, J. D. (2016). Stress effects on neuronal structure: hippocampus, amygdala, and prefrontal cortex. Neuropsychopharmacology, 41(1), 3-23. https://doi.org/10.1038/npp.2015.171
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2792-1832
Burgos, España
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