Gloria Margarita Guerrero - Mar, 25/01/2022 - 12:10
Unir aprendizaje y emociones positivas.
Serie: 'Neurociencia Educativa' (XXV)
Una de las características que hace más complejas a las emociones es su experiencia subjetiva. En este sentido se puede observar cómo la misma situación puede generar emociones contrarias en función de la persona que la vivencie. Un ejemplo de ello puede ser la realización de una tarea de matemáticas que entrañe cierta dificultad, mientras que un estudiante puede sentirse desafiado y motivado ante el desarrollo de esta, otro puede experimentar frustración.
La evidencia neurobiológica sugiere que el aprendizaje, la atención, la toma de decisiones y el funcionamiento social están influidos por los procesos emocionales. Los profesores y profesoras sabemos que la forma en la que se sienten los y las estudiantes (estresado/a versus relajado/a, deprimido/a versus entusiasta) y el estado de su salud corporal (si están enfermos o no, si han dormido lo suficiente o si han comido), afectan el aprendizaje.
Además, resulta cada vez más evidente que la emoción juega un papel fundamental no sólo en procesos como la motivación, sino también en la resolución de problemas y en la toma de decisiones. En definitiva, la emoción es el timón que dirige el pensamiento de los estudiantes, ayudándoles a recuperar la información y recuerdos relevantes para solucionar una situación o elegir entre dos opciones importantes para el día a día (Immordino-Yang y Damasio, 2007).
Tipos de emociones
Mujer adulta mostrando a niña la imagen de dos emoji uno sonriente y otro triste.
Los estudiantes experimentan una gran variedad de emociones que pueden tener efectos profundos en su aprendizaje, así como en el desarrollo de la personalidad. Los efectos de estas emociones pueden ser complejos. Las emociones como el disfrute, la esperanza o el orgullo, no siempre benefician el aprendizaje y las emociones como la vergüenza o el enojo, no siempre impiden el aprendizaje. Sin embargo, para la gran mayoría de los estudiantes y las tareas de aprendizaje académico, el disfrute de este es beneficioso, mientras que la ansiedad, la vergüenza, la desesperanza y el aburrimiento son perjudiciales (Frenzel et al., 2009).
Además, las emociones son elementos centrales de la identidad y el bienestar de los estudiantes, lo que implica que también son importantes en sí mismas, más allá de sus funciones para el aprendizaje académico. Por todas estas razones, el profesorado debe prestar atención a las emociones de los y las estudiantes.
El papel del profesorado en el aprendizaje
Las emociones pueden tener una elevada influencia en el aprendizaje y el logro. Por lo tanto, es importante que el profesorado comprenda y maneje las emociones que experimentan los y las estudiantes. De esta manera pueden utilizar sus propias experiencias emocionales para comprender qué tipo de emociones pueden experimentar: «haga memoria sobre los recuerdos de la emoción que experimentó usted mismo como estudiante». Alternativamente, puede ayudar a los discentes a gestionar las emociones que experimentan.
Hay varias formas de ayudar a los estudiantes a aumentar las emociones placenteras y disminuir aquellas que generan displacer. Más importante aún, los profesores y profesoras pueden ayudar a los estudiantes a desarrollar la confianza en sí mismos, el interés y el valor intrínseco de la educación que promueve el entusiasmo por el aprendizaje y reduce estas emociones displacenteras.
Esto se puede hacer proporcionando una instrucción de alta calidad, utilizando las emociones placenteras propias como docente, creando estructuras de metas de dominio en el aula, empleando estándares para informar a los estudiantes sobre el progreso en el aprendizaje, evitando las pruebas demasiado exigentes, involucrando a los padres y cuidando el clima de los compañeros en el aula. Además, el profesorado puede contribuir a la consecución de las metas educativas relacionadas con las emociones ayudando a organizar las escuelas y los sistemas educativos de manera emocionalmente sólida (UNESCO, 2014).
Referencias bibliográficas:
Frenzel, A. C., Goetz, T., Lüdtke, O., Pekrun, R. y Sutton, R. E. (2009). Emotional transmission in the classroom: Exploring the relationship between teacher and student enjoyment. Journal of Educational Psychology, 101(3), 705-716.
UNESCO. (2014). Report on activities and budget 2014: Consejo de la Oficina Internacional de Educación de la UNESCO, 64th, Geneva,2015
Immordino-Yang, M. H. (2007). A tale of two cases: Lessons for education from the study of two boys living with half their brains. Mind, Brain and Education, 1(2), 66-83.
Editor: Universidad Isabel I.
ISSN 2697-0481
Burgos, España.
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