Comunicación - Jue, 10/02/2022 - 09:24
El objetivo de cualquier empresa es obtener las máximas ganancias posibles al menor coste posible. Sin embargo, resulta contraproducente intentar maximizar las ganancias realizando recortes en los costes de determinadas áreas. Especialmente aquellas que hacen referencia a la seguridad industrial. No sólo se ponen en riesgo tus ingresos a largo plazo. No tener en consideración este aspecto como un pilar estratégico fundamental puede traerte muchos problemas.
Pero, ¿para qué sirve la seguridad industrial? Está destinada a preservar la integridad física de los trabajadores, es decir, para prevenir accidentes laborales y garantizar unas condiciones ambientales favorables en el entorno en el que se desarrolla la actividad laboral. Se trata de un área de trabajo multidisciplinar. Los objetivos de la seguridad industrial son gestionar adecuadamente y minimizar lo máximo posible los riesgos inherentes a cualquier actividad en la industria. Sobre todo, en aquellos aspectos que hacen referencia a la seguridad en el trabajo de los empleados/as, su integridad física, su salud y los materiales y herramientas con las que realizan sus funciones.
Por qué contar con un especialista de seguridad industrial en la empresa
Normalmente, los directivos de cualquier organización empresarial no pueden ser, además, expertos en seguridad. Su trabajo suele estar más enfocado a labores de gestión y dirección. Por eso, resulta una decisión inteligente disponer en plantilla de alguien específicamente formado en seguridad industrial y, a ser posible, también en prevención de riesgos laborales. Es decir, un profesional con un perfil completo que ofrecería las máximas garantías si tuviera formación en Ciencias de la Seguridad y en Prevención de Riesgos Laborales
Gracias a un director de seguridad, los directivos se aseguran de que la plantilla está trabajando en las mejores condiciones posibles, respetan la legislación vigente al respecto y eliminan una cantidad importante de preocupaciones. Esta visión compartimentada del trabajo permite delegar tareas clave en personal cualificado específicamente para esas tareas, lo que garantiza la obtención de mejores resultados económicos, sin importar cuál sea la actividad a la que se dedique la empresa en cuestión.
La mejor aplicación de la seguridad industrial: proteger tu activo más importante
Es indudable que un director de seguridad debe tener una única preocupación. Proteger y salvaguardar todos los activos esenciales para el buen funcionamiento de la empresa: instalaciones, accesos, materiales, infraestructura, datos y aplicaciones informáticas, etc. Sin embargo, ninguno de estos elementos puede tener valor sin que participen de la actividad empresarial los activos más importantes: los trabajadores y trabajadoras.
El capital humano es, al mismo tiempo, el motor y la gasolina que mantiene en movimiento a cualquier organización. Deben ser, por tanto, los primeros protagonistas si hablamos de garantizar que la seguridad industrial respete unos mínimos exigidos por la Ley. Además, debe focalizarse especialmente en asegurar que todos los integrantes de la plantilla, con independencia de cuál sea su trabajo, lo desarrollan en las mejores condiciones posibles. ¿Qué requiere la seguridad industrial? Puestos de trabajo con medidas de seguridad homologadas, vestimentas apropiadas en caso de trabajos con materiales peligrosos, señalización adecuada de zonas de riesgo, etc. Se trata, por un lado de proteger y, al mismo tiempo, de prevenir.
Invertir en seguridad industrial para evitar sanciones severas
Debes convencerte de que la inversión en seguridad industrial en una empresa es vital para ti y para tus trabajadores y trabajadoras. No solamente por lo que ya hemos expuesto en este post. También porque intentar trampear con este tema puede vaciar tus arcas y acabar con tu negocio. Incluso acarrear sanciones de tipo penal. Incumplir los presupuestos que recoge la Ley en materia de prevención de riesgos laborales puede suponer multas que, en función del tipo de infracción y su gravedad, puede llegar a una cuantía de más de 600.000€. Por no hablar del riesgo para la seguridad de las personas que trabajen contigo.
Desgraciadamente, no podemos hablar de un impacto cero, en materia de accidentes laborales a día de hoy. Según datos del ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, en 2018 se produjeron 703.000 accidentes que no produjeron baja laboral, más de 600.000 que sí causaron baja y más de 500 accidentes mortales. El objetivo de la seguridad industrial gestionada de manera óptima es reducir al mínimo estas cifras cuanto antes.
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