Gustavo Eduardo Toledo Lara - Mar, 03/05/2016 - 09:30
Si hacemos una paella, debemos hacer una combinación de muchos ingredientes hasta llegar a tener parte de esa paella en nuestro plato. Por lo tanto, el fin es cocinar un arroz con una serie de ingredientes; parte de esos ingredientes en nuestro caso se llaman «referencias bibliográficas», las cuales vamos a agrupar precisamente en la «revisión bibliográfica». Con lo cual, toda investigación (sea informe de prácticas, trabajo de grado, de fin de máster, tesis doctoral, artículo arbitrado, libro de texto, informe de investigación, etcétera) debe tener su debida revisión bibliográfica y, por ende, su bibliografía, también llamada referencias bibliográficas.
Todas, absolutamente todas las investigaciones cuentan con una serie de textos que han sido realizados sobre temas o aspectos relacionados con aquello que se estudia o investiga. Lo importante es reconocer que esos textos consultados son actuales, ya que nos indican los temas que se manejan de manera reciente, y sobre todo nos ayudan a conocer a aquellos investigadores que se dedican a un tema en específico. Por lo tanto, al tener nuestro tema objeto de estudio, procedemos a buscar lo anteriormente descrito. Esto se conoce como revisión bibliográfica.
Ahora bien, teniendo un acceso a la información prácticamente ilimitado, ¿por qué cuesta tanto hacer una revisión bibliográfica? Seguramente existan muchas respuestas ante esta interrogante (y hasta podría ser un buen tema de investigación). Entre todas las razones, la más generalizada es no saber para qué sirve hacer una revisión bibliográfica, y creo que aquí está el detalle.
Al disponernos a hacer nuestra revisión bibliográfica, es importante no perder de vista el tema objeto de estudio y los posibles temas que puedan vincularse al mismo, de tal manera de contar con un panorama lo más completo posible sobre aquello que estamos estudiando. En este mismo orden de ideas, una investigación debe reflejar que efectivamente el investigador ha encontrado un número importante de textos que refuerzan y apoyan la investigación, es decir, hay que disponerse a buscar y a leer, y aquí hay otro detalle: la lectura.
Por ejemplo, al usar el navegador para buscar bibliografía, una buena estrategia al ubicar el texto es leer el resumen y no solo limitarnos al título del mismo. El resumen nos ofrece un panorama de la temática que se trata en ese texto y nos permite identificar si efectivamente podemos aprovecharlo o no. Si detectamos que ese texto nos puede servir para lo que estamos investigando allí, sí procedemos a hacer su respectiva referencia en la bibliografía, y podemos leer el contenido y subrayar las ideas principales y secundarias o derivadas que más se ajusten a nuestro texto. A excepción de las obras clásicas, como norma general debemos consultar aquellos textos cuya edición no supere los 10 años.
Hay otro aspecto que se suele preguntar con mucho afán, siempre preguntan: «¿Cuántas referencias necesito?». Pues esta pregunta no tiene una respuesta exacta; desde luego, no estamos hablando de un par de textos, estamos hablando de un número importante, ya que en sí misma la revisión bibliográfica también es una investigación y es un criterio de valoración en todo el mundo investigativo, con lo cual habla mucho de la calidad, el rigor y la validez del trabajo. Una muestra de esto se puede observar, por ejemplo, al utilizar Google Académico: allí se puede escribir la expresión «revisión bibliográfica» y podrán apreciar la gran cantidad de investigaciones que consisten precisamente en estudiar un tema a partir exclusivamente de la revisión bibliográfica, con lo cual esta actividad es fundamental y sustantiva en toda investigación.
Sin embargo, hay que tener mucho cuidado con los textos que se consultan, ya que debemos asegurarnos de la calidad de los mismos y no dejarnos llevar por lo más rápido o lo más fácil. Como norma general, no se deben utilizar aquellas páginas que se dedican a recolectar cualquier tipo de trabajo sin ninguna garantía de calidad, ya que al hacerlo, estamos colaborando con la difusión de textos que son de dudosa procedencia y al citarlos, estamos reproduciendo y avalando eso que allí se dice sin que sepamos si efectivamente se cumple con los estándares de calidad que aquí queremos asegurar.
Poco a poco la revisión bibliográfica la haremos de manera casi automática, y esto significa que logramos comprender que así como la investigación es un aspecto sustantivo para todo profesional universitario, la revisión bibliográfica no solo nos conecta con el saber universal, sino que nos hace partícipes del mismo.
Entrada publicada el 03/05/2016
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
ISSN: 2659-5222
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