Marcos Terradillos - Vie, 23/02/2024 - 11:22
Neandertal y sapiens. Fuente: La Vanguardia
Serie: 'Un Viaje por la Historia' (L)
En los últimos días hemos podido leer varias noticias que nos señalan que los homo sapiens fueron capaces de llegar al norte de Europa y convivir allí con los neandertales antes de lo que pesábamos (hace unos 47.000 mil años) (Mylopotamitaki et al., 2024 y Pederzani et al., 2024). Aunque las principales oleadas de sapiens en el norte de Europa se documentan en fases algo más modernas de los 40.000 años, pequeños grupos de esta especie ya hizo incursiones varios milenios antes. Estas incursiones no se tradujeron en una ocupación permanente, no tuvieron continuidad hasta varios milenios después. Esto nos indica que la llegada de estos homininos africanos a Europa fue mucho más compleja de lo que pensábamos. Este hecho implica que la convivencia entre estas dos especies (sapiens y neandertales fue mucho más larga y relevante de lo que se estimaba hasta el momento).
La ocupación temprana de estos espacios conlleva una adaptación a climas fríos y a espacios abiertos (estepas) antes de lo que se estimaba. Debemos ser conscientes que unos pocos milenios antes de que alguna oleada sapiens llegara a Alemania, esta especie estaba habitando África y Oriente próximo. De esta forma, se produjo un proceso de adaptación a estos espacios y clima muy rápidos. Y esto fue más sencillo gracias a la hibridación con los neandertales. Las variantes genéticas que evolucionaron en los neandertales pudieron dar una ventaja selectiva a los humanos anatómicamente modernos que se asentaron en las mismas áreas geográficas (Khrameeva et al., 2014). Estos descubrimientos acentúan aún más la gran relevancia de la relación con los neandertales en la configuración de los que somos como sapiens. El sexo con estos homininos nos ha proporcionado grandes capacidades de adaptación.
Los neandertales han tenido mucha más influencia en lo que somos de lo que se pensaba. Pero, ¿quiénes son estos neandertales y qué sabemos de ellos?, aunque injustamente siempre nos han presentado a los neandertales como un ser torpe, que apenas es capaz de caminar a dos patas, que se comunica con gruñidos y que es incapaz de generar pensamiento simbólico, su relación con nuestros ancestros ha permitido que seamos lo que somos. Son más parecidos a nosotros de lo que pensábamos: tienen el cerebro más grande que nosotros, su comunicación debió de ser muy similar a la nuestra, entierran a los muertos, tienen instrumentos de madera, dominan el fuego, desarrollan arte, se adornan con conchas y falanges de aves, realizan construcciones simbólicas, son capaces de imitar nuestra tecnología, etc.
El neandertal.
Un hecho muy relevante que se sospechaba desde hace décadas y que se ha confirmado en los últimos años (como hemos visto) es la hibridación entre neandertales y homo sapiens (ahora sabemos que hay cruces con otras especies). Las investigaciones sobre ADN han determinado que las poblaciones eurasiáticas tenemos entre un 1 y un 4 % de ADN procedente de la hibridación con los neandertales. Los neandertales se extinguieron, pero su ADN está en todos nosotros.
La hibridación con los neandertales ha tenido efectos positivos (la adaptación a climas fríos como hemos visto), pero, también alguno negativo. Entre los negativos destacan ciertos trastornos de la piel, la tendencia a la obesidad o la depresión. Entre las positivas subrayamos que los neandertales nos aportaron algunas características genéticas que nos permitieron avanzar en sus territorios de caza (la mayor parte de Eurasia está situado por encima del paralelo de 40º. Este hecho implica la necesidad de una adaptación progresiva). Por ejemplo, el gen EPAS1 mejora la capacidad de transporte de oxígeno hacia las células del cuerpo y ha favorecido la vida en grandes altitudes.
Referencias:
Khrameeva, E. E., Bozek, K., He, L., Yan, Z., Jiang, X., Wei, Y., . . . Khaitovich, P. (2014). Neanderthal ancestry drives evolution of lipid catabolism in contemporary Europeans. Nature Communications, 5, 3584.
Mylopotamitaki, D., Weiss, M., Fewlass, H., Zavala, E. I., Rougier, H., Sümer, A. P., . . . Hublin, J.-J. (2024). Homo sapiens reached the higher latitudes of Europe by 45,000 years ago. Nature.
Pederzani, S., Britton, K., Trost, M., Fewlass, H., Bourgon, N., McCormack, J., . . . Hublin, J.-J. (2024). Stable isotopes show Homo sapiens dispersed into cold steppes ~45,000 years ago at Ilsenhöhle in Ranis, Germany. Nature Ecology & Evolution.
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2792-1808
Burgos, España
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