Almudena Nido Hernández - Vie, 09/09/2022 - 09:48
Aprendizaje de lenguas.
Serie: Educación en la era digital (CXIX)
La predicción del éxito académico ya no recae exclusivamente en los factores cognitivos, sino que ha de contemplarse también el papel relevante que juegan otros factores en el nivel de logro educativo (Stankov y Lee, 2014) especialmente en la clase de idiomas en cuanto a la motivación hacia el aprendizaje y la expresión (Rodríguez, García Hernández, García Fernández y Mata Loy, 2020), así como las estrategias de aprendizaje que se pueden transferir de otros campos y experiencias y la gestión de las dificultades específicas en el aprendizaje de una segunda lengua (Valero Molina y Jiménez-Fernández, 2015).
Estas habilidades no cognitivas (o de tipo socioemocional) son actitudes, comportamientos y estrategias que pueden influir directamente en el rendimiento en la vida académica y laboral (Gutman and Schoon, 2013), y entre ellas se encuentran elementos de gran valor en todo el proceso de aprendizaje, como la motivación, la autorregulación, resiliencia o la perseverancia. Todas estas destrezas tienen un efecto directo en la manera en la que los aprendices persisten más allá de los obstáculos en el aprendizaje de un idioma (Onoda, 2014; Skinner y Zimmer-Gemback, 2007) y su capacidad para reponerse de las dificultades propias del aprendizaje al adoptar estrategias adaptativas que desarrollen su resiliencia y no estigmaticen los fallos (Falout, 2012 y 2016). De gran relevancia es la motivación en sus distintas variantes y su vinculación con la percepción por parte del aprendiz de la utilidad práctica de las estructuras lingüísticas y las tareas con el uso del idioma en el mundo real. No obstante, dado que el proceso de aprendizaje de una segunda lengua hasta conseguir una competencia lingüística notable requiere de esfuerzo constante y mantenido en el tiempo, ha de trabajarse no solo la motivación, también la perseverancia.
La perseverancia o determinación (“grit” en inglés) pertenece a los aspectos de la personalidad asociados con la resiliencia y se define como pasión hacia metas a largo plazo (Duckworth y Quinn, 2015), e implica mostrar y realizar un esfuerzo continuado e interesado a pesar de las adversidades y de los periodos de estancamiento en el aprendizaje hacia la adquisición de objetivos concretos, como la fluidez lingüística y comunicativa (Richards y Rodgers, 2008). Esta destreza es flexible, se desarrolla y moldea en la niñez y se puede potenciar en la adolescencia. Este concepto ha centrado varias investigaciones al detectarse en él importantes posibilidades de influencia en cuanto al aprendizaje y enseñanza de las segundas lenguas (U.S. Department of Education, 2013) y considerarse, por tanto, un factor transversal deseable en todo el proceso de aprendizaje y enseñanza. Es, por tanto, un elemento esencial en la capacidad del individuo para ir más allá de las limitaciones, obstáculos y desafíos que se encuentra tanto en sus circunstancias vitales como académicas y, por consiguiente, es deseable en la clase de segunda lengua ya que, de manera ineludible, para asegurar el éxito y la fluidez en la adquisición de esa segunda lengua, los estudiantes tendrán que practicar y experimentar la lengua fuera de la clase (Najeeb, 2013). Deberán también sobreponerse a la frustración de la práctica y el esfuerzo necesarios para un mayor dominio de la competencia comunicativa. Toma especial importancia el desarrollo de la destreza y confianza en la experiencia lingüística propia, de manera que se continúe el proceso de práctica y aprendizaje fuera del centro escolar en un aprendizaje que se prolongará en el tiempo y que no se restringe al logro de un nivel concreto de dominio lingüístico ni a los resultados puramente académicos (Marco Europeo de Referencia, 2002).
Es necesario mantener una energía e interés o pasión que propicie el esfuerzo y la práctica a largo plazo y la determinación que promueva, a su vez, otras destrezas como la colaboración, el pensamiento creativo y la adaptación al cambio (Changlek y Palanukulwong, 2015). Para fomentar la perseverancia y resiliencia en la clase de idiomas se recomiendan las prácticas que usen comprensión lectora extensiva (por ejemplo, las series de lecturas graduadas) (Song, 2020; Renandya, 2007). Esto permite maximizar las oportunidades de exposición del aprendiz a la lengua en un entorno que favorezca la fluidez lectora, estrategias de aprendizaje y capacidades comunicativas de recepción que no dependen exclusivamente de la interacción aprendiz-docente y el uso así de estrategias propias de comprensión, gestión y aprendizaje de vocabulario y estructuras (Bamford y Day, 2003; Lake, 2014).
Bibliografía
Rodríguez, N. A., García Hernández, G., García Fernández, T. y Mata Loy, J. (2020). Factores cognitivos y afectivos en la enseñanza y aprendizaje del inglés como lengua extranjera. Edumecentro, 12(2), 230-237.
Bamford, J. y Day R. R. (2003). Extensive reading activities for teaching language. Cambridge University Press.
Changlek, A. y Palanukulwong, T. (2015). Motivation and grit: Predictors of language learning achievement. International Silpakorn University.
Duckworth, A. L. y Quinn, P. D. (2015). Development and validation of the short grit scale (Grit-S). Journal of Personality Assessment, 91(2), 166-174.
Falout, J. (2012). Coping with demotivation: EFL learners' remotivation processes. TESLEJ, 16 (3), 1-29.
Falout, J. (2016). The dynamics of past selves in language learning and well-being. En P. D. MacIntyre, T. Gregerson, y S. Mercer (eds.). Positive Psychology in SLA, (pp. 61-85).
Gutman, I. M. y Schoon, I. (2013). The impact of non-cognitive skills on outcomes for young people: Literature review. Institute of Education University of London.
Najeeb, S. S. R. (2013). Learner autonomy in language learning. Procedia - Social and Behavioral Sciences, 70, 1238-1242.
Onoda, S. (2014). Examining the relationships between self-efficacy, effort regulation strategy use, and English vocabulary skills. Studies in Self-Access Learning Journal, 5(4), 357-371.
Renandya, W. A. (2007). The power of extensive reading. RELC Journal, 38(2), 133-149.
Richards, J. y Rodgers, T. (2008). Approaches and Methods in Language Teaching. Cambridge University Press.
Skinner, E. A. y Zimmer-Gembeck, M. J. (2007). The development of coping. Annu. Rev. Psychol., 58, 119-144.
Song, M. (2020). The impacts of extensive reading on EFL primary school students’ vocabulary acquisition and reading comprehension. Journal of Extensive Reading, 5, 60-69.
Stankov, L. y Lee, J. (2014). Quest for the best non-cognitive predictor of academic achievement. An International Journal of Experimental Educational Psychology, 1-8.
U.S. Department of Education, Office of Technology. (2013). Promoting grit, tenacity, and perseverance: Critical factors for success in the 21st Century.
Valero Molina, N. y Jiménez-Fernández, G. (2015). Estudio exploratorio sobre dificultades en el aprendizaje de una segunda lengua: la opinión del profesorado. Espiral. Cuadernos del Profesorado, 8(16), 3-12.
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
ISSN: 2659-5222
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