Aida Tórtola Navarro - Vie, 04/11/2022 - 10:43
Esquema de la microbiota
Serie: 'La Vitamina Inquieta' (XXXIII)
En los últimos años escuchamos hablar, cada vez más, de la microbiota y de la importancia de la salud intestinal; de hecho, es una cuestión tan significativa, que incluso se realizan trasplantes de microbiota fecal para tratar patologías como la enfermedad de Crohn. El estudio de los microorganismos intestinales ha sido incremental y, como no podría ser de otra forma, también se ha analizado qué tipo de relación mantienen estos microbios con el ejercicio físico, encontrándose que existe una relación bidireccional entre ambos. Partimos de la base de que el cuerpo humano tiene más de un centenar de especies de microorganismos en el intestino, implicados en procesos como la defensa ante infecciones, la absorción de nutrientes o la motilidad intestinal; pero en los últimos años, se ha encontrado que la microbiota también participa en la regulación endocrina del ser humano y los procesos relacionados con el metabolismo y el estrés (1), de modo que está irremediablemente enlazada con el ejercicio físico y las respuestas que este produce en el organismo.
De este modo, al comparar sujetos activos con sedentarios, se ha descrito una mejor salud intestinal y calidad de la microbiota en los primeros (2,3), dejando manifiesto lo beneficioso de un estilo de vida activo para este objetivo concreto (4). Sin embargo, es preciso especificar que la calidad de la microbiota puede considerarse desde dos puntos de vista: cuantitativo (proporción de especies) o cualitativo (nivel de funcionalidad); así, los deportistas de disciplinas con un alto componente dinámico (hockey hierba o maratón) parecen tener mayores diferencias cuantitativas en su microbiota, mientras que quienes participan en deportes con alto componente estático y dinámico (boxeo o remo), tienen más diferencias cualitativas (5).
Por supuesto, es importante considerar la dosis del entrenamiento (frecuencia, intensidad, volumen y tipo), pues aquellos deportistas que realizan esfuerzos de mayor grado generan un alto nivel de estrés y otra serie de respuestas fisiológicas que podrían afectar la microbiota (4,6). En relación a ello, se ha observado que dicho estrés inducido por el ejercicio puede modificar la microbiota y producir síntomas como alteraciones gastrointestinales, descenso del rendimiento e incluso ansiedad y/o depresión (7).
En la dirección contraria, que sería el papel de la microbiota para el rendimiento físico, diferentes estudios han observado que la composición y funcionalidad de la microbiota puede favorecer la digestión de determinados nutrientes necesarios para la obtención de energía y la recuperación física, así como mantiene la función de la barrera intestinal, modula el sistema inmune y regula el metabolismo muscular, pudiendo todo ello mejorar en nivel de rendimiento del sujeto (3).
De este modo, y con el objetivo concreto de mantener un buen rendimiento físico y una microbiota saludable, además de continuar la investigación en cuanto a dosis de ejercicio, se han propuesto algunas recomendaciones dietéticas para atletas, que incluyen el consumo apropiado de grasas y fibra, ingesta moderada de proteínas animales e inclusión en la dieta de hidratos de carbono complejos (polisacáridos de origen vegetal) y alimentos prebióticos y/o probióticos (7). Por último, aunque la evidencia aún es contradictoria, parece que el consumo de suplementos de proteína de suero de leche, también podría afectar el estado de la microbiota (8), convirtiéndose en un tema de interés para aquellos deportistas de disciplinas de fuerza.
Visto entonces el enlace entre actividad física, rendimiento y microbiota, será más que interesante continuar actualizado en esta cuestión, y profundizar en el análisis de la dieta en deportistas añadiendo una valoración sobre el impacto que esta puede tener sobre su rendimiento, más allá de requerimientos energéticos. E incluso, ¿quién sabe? Quizá en el futuro, los trasplantes fecales sean la próxima ayuda ergogénica o los deportistas se conviertan en los mejores donantes para este tratamiento.
Referencias
1. Clarke G, Stilling RM, Kennedy PJ, Stanton C, Cryan JF, Dinan TG, et al. Minireview: Gut Microbiota: The Neglected Endocrine Organ. Mol Endocrinol [Internet]. 2014;28:1221–38. Available from: https://academic.oup.com/mend/article/28/8/1221/2623221
2. Mohr AE, Jäger R, Carpenter KC, Kerksick CM, Purpura M, Townsend JR, et al. The athletic gut microbiota. J Int Soc Sports Nutr [Internet]. 2020 May 12 [cited 2022 Oct 19];17(1). Available from: /pmc/articles/PMC7218537/
3. Marttinen M, Ala-Jaakkola R, Laitila A, Lehtinen MJ. Gut Microbiota, Probiotics and Physical Performance in Athletes and Physically Active Individuals. Nutrients [Internet]. 2020 Oct 1 [cited 2022 Oct 19];12(10):1–39. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32992765/
4. Mailing LJ, Allen JM, Buford TW, Fields CJ, Woods JA. Exercise and the Gut Microbiome: A Review of the Evidence, Potential Mechanisms, and Implications for Human Health. Exerc Sport Sci Rev [Internet]. 2019 Apr 1 [cited 2022 Oct 19];47(2):75–85. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30883471/
5. O’Donovan CM, Madigan SM, Garcia-Perez I, Rankin A, O’ Sullivan O, Cotter PD. Distinct microbiome composition and metabolome exists across subgroups of elite Irish athletes. J Sci Med Sport [Internet]. 2020 Jan 1 [cited 2022 Oct 19];23(1):63–8. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31558359/
6. Zeppa SD, Agostini D, Gervasi M, Annibalini G, Amatori S, Ferrini F, et al. Mutual Interactions among Exercise, Sport Supplements and Microbiota. Nutrients [Internet]. 2019 Jan 1 [cited 2022 Oct 19];12(1). Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31861755/
7. Clark A, Mach N. Exercise-induced stress behavior, gut-microbiota-brain axis and diet: a systematic review for athletes. J Int Soc Sports Nutr [Internet]. 2016 Nov 24 [cited 2022 Oct 19];13(1). Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27924137/
8. Vasconcelos QDJS, Bachur TPR, Aragão GF. Whey protein supplementation and its potentially adverse effects on health: a systematic review. Appl Physiol Nutr Metab [Internet]. 2021 [cited 2022 Oct 19];46(1):27–33. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32702243/
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2792-1824
Burgos, España
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