Sergio Palacios - Mar, 09/04/2024 - 10:18
Concepto de sostenibilidad.
Serie: 'El Derecho Responde' (CLXXXIV)
Pocas palabras tan repetidas, tan escuchadas, tan leídas, como “sostenibilidad y/o sustentabilidad”. Es en la civilización moderna una nueva palabra con un nuevo significado. Y, adquirió relevancia porque en las últimas décadas fuimos advirtiendo sin distinción geográfica que las acciones humanas para vivir con aspiraciones crecientes de bienestar no podrían “sostenerse” en el tiempo. Los datos científicos fueron revelando que el modelo de producción y consumo que desde el inicio de la era industrial adoptamos como fórmula que asegurara progreso y bienestar requería de una cantidad de recursos (materia y energía) en una cantidad directamente proporcional a nuestras aspiraciones de calidad de vida.
¿Por qué esto era (es) así? Porque la noción de progreso (Nisbet, 1981) que en occidente tiene un recorrido que nace desde la filosofía griega, se ha asociado en el tránsito del siglo XIX al XX a su revelación como progreso material. Y este a su vez se fue fusionando a la idea de bienestar, igualdad, y felicidad (Baudrillard, 2009). Progreso en nuestro tiempo sería “progreso material”. El progreso material sería el que permite sin distinción de tiempo y espacio, lograr el bienestar en la sociedad y la felicidad en los individuos. El apogeo de este modelo de vida se registró en los 30 años que siguieron al fin de la segunda gran guerra. Esa etapa se conoció como “era de oro del capitalismo” (Heilbronner y Milberg, 1999) o “treinta gloriosos” (Fitoussi y Rosanvallon, 1997).
En paralelo, algunas mentes desviaron su atención a una pregunta que comenzaron a formularse (Aurelio Peccei, 1968, Club de Roma): ¿Hay un límite al crecimiento?; ¿Hasta qué grado podemos seguir consumiendo como hasta ahora?; ¿Existe una barrera imposible de atravesar? Las respuestas llegaron con el Informe Meadows (1971): este modelo no es sostenible. Desde entonces acumulamos datos científicos y percepciones personales que nos llevan a algunas afirmaciones:
- El progreso material permanente como fuente de bienestar no sería ya posible, no es sostenible.
- Existen impactos ambientales irreversibles.
- Las condiciones objetivas de bienestar se desacoplaron del crecimiento económico como su fuente.
- Mas bienes e ingresos no aseguran la felicidad.
En síntesis, las condiciones de progreso material y bienestar validadas en gran parte del siglo XX ya no se estarían cumpliendo, y el modelo de producción y consumo en el que se basó aquella idea está rápidamente afectando la calidad de vida de los humanos en el planeta (no sostenible).
Por eso, el desafío de redefinir el concepto de progreso – bienestar – felicidad, bajo un nuevo paradigma. Esto es un cambio de vida social y personal, cuyas señales se expusieron en la pandemia de 2020. Intentaremos mostrar algunos de esos cambios que muestran estilos de vida alejados de las grandes concentraciones urbanas del mundo desarrollado (y el subdesarrollado) que revelan una nueva idea de bienestar en contraposición a la sustentada en el modelo tradicional de producción y consumo.
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
ISSN: 2603-9087
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